Dos temas de prioridad para su empresa

En cualquier industria, en cualquier ramo y en cualquier giro, comprender cómo funciona el negocio es algo vital para garantizar el crecimiento y bienestar de la empresa. El conocer un negocio no se detiene en el saber numérico y cálculos contables, va más allá, involucrándose en temas como la producción y la eficiencia, engranes que hay que tomar en cuenta si queremos que nuestra máquina de utilidades esté bien aceitada.

La gran diferencia entre ser productivo y ser eficiente

Si no se está bien informado, se puede cometer el error de pensar que productividad y eficiencia son palabras que funcionan como sinónimos en una organización. Confundir estos dos términos podría llegar a crear problemas de comunicación dentro de los equipos de trabajo y terminar difuminando los objetivos que se tienen en mente.

Antes que cualquier otra cosa, es importante entender que la productividad va ligada de forma directa a la cantidad y a los tiempos de producción, mientras que la eficiencia corresponde a la calidad, es decir, hacer lo más con lo menos posible.

La eficiencia es en este sentido un factor que repercute fuertemente en la administración del tiempo de una empresa. Al incrementarla es posible que un bien o servicio tarde más en estar listo, haciendo así un sacrificio de tiempo en pro de la calidad.

Aunque ser eficiente es algo que evidentemente traerá beneficios a la organización, es importante recalcar que en algunos mercados y para algunos clientes el factor decisivo es la cantidad y tiempo de entrega, y no solamente la calidad del producto (aunque ésta siempre es deseable). Es necesario que las empresas evalúen su entorno y procesos para identificar hacia dónde deben dirigir sus esfuerzos: ya sea hacia el aumento de la productividad, hacia el incremento de la eficiencia, o bien a la búsqueda de un balance entre ambos. 



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